WINSTON MORALES CHAVARRO

Neiva-Huila, 1969.
Comunicador Social y Periodista. Magíster en Estudios de la Cultura , mención Literatura Hispanoamericana, Universidad Andina Simón Bolívar, Quito.
En la parte literaria ha ganado los concursos de Poesía Organización Casa de Poesía 1996; José Eustasio Rivera 1997 y 1999; Concursos Departamentales del Ministerio de Cultura 1998; Concurso Nacional de Poesía "Euclides Jaramillo Arango", Universidad del Quindío, 2000; Segundo premio Concurso Nacional de Poesía "Ciudad de Chiquinquirá " en el 2000; Concurso Nacional de Poesía Universidad de Antioquia, en el 2001; Tercer Lugar en el Concurso Internacional Literario de Outono, de Brasil. Primer y único Premio en la IX Bienal Nacional de Novela José Eustasio Rivera. Primer Puesto en el Premio Nacional de Poesía Universidad Tecnológica de Bolívar, Cartagena, 2005.
Fue Director editorial-fundador del Periódico Neiva y es co-director de la revista Índice de Literatura, miembro del Consejo editorial de la revista de literatura Puesto de Combate —Bogotá, director de la Revista Hojas Sueltas— Neiva, Corresponsal de la revista de literatura Alhucema-España
Ha publicado los libros de poemas Aniquirona - Trilce Editores 1998; La lluvia y el ángel (Coautoría)-Trilce Editores 1999; De Regreso a Schuaima, Ediciones Dauro, Granada-España 2001; Memorias de Alexander de Brucco, Editorial Universidad de Antioquia-2002; Summa poética, Altazor Editores, 2005, y la novela Dios puso una sonrisa sobre su rostro.
                                                                POEMA

LA LLUVIA

Siempre llueve en Schuaima
      Siempre ese precipitarse de los cielos a la Tierra.
      Me abrazo a los chorros monocordes de los ríos
      Y los cansancios de mi cuerpo se mitigan
      Por el beso polimorfo de estas lluvias.
      Siempre llueve en Schuaima
      Y los follajes de los fresnos
      -igual que los patos en parvada-
      Bajan cantando por el ayuntamiento y sus orillas
      Y los sinsontes se pegan a mi boca
      Como los hilos luminosos de una estrella.
      Siempre llueve en Schuaima
      Y uno aprende a querer esta lluvia estrepitosa
      Uno se acostumbra a su desnudez de ropas
      A su delirio de doncella
      A sus pezones grises,
      De donde mana una agua inescrutable
      Que moja y contagia de pureza
      Hasta los precipicios de la muerte.
      Siempre llueve
      Y uno sumerge la cabeza contra el viento
      Y la lluvia llega como un tumulto de palomas
      A anidar en nuestras ramas los próximos veranos.
      Siempre llueve en Schuaima
      Siempre los espejos y cristales
      Descendiendo de las noches desarmadas
      Y un resplandor inamovible
      Se deposita en nuestros hombros
      Y una queja luminosa
      Llamea por los bosques
      Y unos pájaros de agua
      Proclaman la grandeza de esta Terra.